En la entidad sigue la pugna entre dos sectores: el que respalda tímidamente al presidente Jorge Enrique Vélez y el que le hace oposición, pero no tiene la fuerza para tumbarlo.
Sin recursos financieros, esta semana los veinte clubes de la A tendrán que comenzar a preparar los protocolos de seguridad para el regreso a prácticas, primero individuales y luego en pequeños grupos. Todos los gastos que este proceso implica deberán ser cubiertos por los equipos, en su mayoría al borde de la quiebra y sin dinero para hacerlo.
También tendrán que actualizar la situación laboral de sus empleados, pues ante el receso obligado por la cuarentena, muchos optaron por cancelar, suspender o modificar contratos.
El Gobierno exigió que para poder volver a operar, deben estar al día en temas salariales con jugadores y miembros del cuerpo técnico. La Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) y el Ministerio del Trabajo estarán controlando que así sea.
Para completar, los representantes de los clubes tampoco se han puesto de acuerdo con respecto al sistema de juego que se utilizará. Ninguna de las tres propuestas que analizaron en reuniones virtuales jueves y viernes pasados logró consenso.
Una vez se defina eso, habrá que determinar las sedes en las que se juegue el campeonato y el aporte real que realizarán las ciudades que ofrecieron albergar el torneo, porque implicará costos elevados para todos los involucrados: alcaldías, clubes y la Dimayor.
Deja una respuesta