Con la información disponible, Colombia presentaba una ocupación nacional de camas de UCI de 76,64 por ciento, el dato más alto en lo corrido de la pandemia. En otras palabras, se encontraban disponibles hasta el domingo pasado 2.932 de las 12.553 a las que ha podido llegar el país en un año de expansión.
El 15 de junio, en ascenso del primer pico, este porcentaje se ubicó en 74,43 y el 22 de enero, en la etapa más dura del segundo, en 76,05 por ciento.
La ocupación de este tercer pico es producto de 6.187 personas, entre casos confirmados de covid-19 y sospechosos, que están en estado crítico y 3.434 por otras patologías. Vale decir que el número de pacientes graves por el virus ha crecido en 150 por ciento en un mes. De hecho, 17 de las 32 regiones con UCI estaban con ocupaciones por encima del 65 por ciento.
Este dato se conoce el mismo día en que se reportaron 420 fallecidos, la cifra más alta en 409 días de pandemia.
En todo caso, enero sigue siendo el mes más crítico de la pandemia, con 452.097 casos, que representan el 17 por ciento del total a la fecha. El mayor número de fallecimientos en una semana fue entre el 15 y el 21 de enero, con 2.801 muertes, el 4,25 por ciento del total. Ese 21 de enero era la fecha en la que más colombianos habían muerto por covid-19 (419).
Frente a la escasez de camas de UCI, Germán Gamarra, presidente del Tribunal Nacional de Ética Médica, manifiesta que en todas las entidades hospitalarias existe un comité de ética que define, con base en criterios médicos y la mejor evidencia, la toma de decisiones en el contexto de la pandemia y en todo tipo de tratamientos.
En tal sentido, aclara que la decisión sobre pacientes que ingresan o no a una UCI no es solo de un médico. Julio Castellanos, director del Hospital San Ignacio, dice que a esos servicios, desde hace varios años, solo llegan los pacientes que cumplen con los criterios médicos para ello y a los que se les agrega en situaciones colectivas críticas el pronóstico para tomar una decisión.
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