Por: Rafael Rodriguez
El 29 de octubre de 2008, el Gobierno Nacional anunció una purga sin precedentes en el Ejército: 27 altos mandos militares fueron retirados de sus cargos tras destaparse el escándalo en el que jóvenes desaparecidos en Soacha, al sur de Bogotá, fueron encontrados muertos en Ocaña (Norte de Santander) como guerrilleros muertos en combate por el Ejército. Era el origen de lo que se conocería como el fenómeno de los ‘falsos positivos’. Cinco días después, el 4 de noviembre, el propio comandante del Ejército, Mario Montoya, renunció a su cargo y apareció el nombre de su reemplazo: el general Óscar Enrique González Peña.
Se trataba del hombre que había seguido los pasos de Montoya en cada una de las comandancias que él iba dejando a medida que ascendía en el escalafón del Ejército. Lo reemplazó en la Cuarta Brigada en 2003, luego en la División que tenía a cargo esa brigada en 2005 (primera en el caso de Montoya y séptima en el caso de González Peña) y luego en el Comando Conjunto No.1 Caribe, en 2006.
En ese momento, se mostró al general González Peña como el encargado de liderar la estrategia para ponerle fin a los ‘falsos positivos’ en las filas. Sin embargo, un documento que llegará a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el próximo 2 de septiembre, pone en tela de juicio el papel del general no solo cuando asumió la comandancia del Ejército, sino a lo largo de su trayectoria, desde que en diciembre de 2003 asumió como comandante de la Cuarta Brigada, con jurisdicción en Antioquia. “La Continuación de la Política del Horror”, se titula la investigación, entregada por la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos y la Corporación Jurídica Libertad, en la que le endilgan responsabilidad al general (r) en 1.653 ejecuciones extrajudiciales.
Formalmente, el general (r) González Peña no ha sido vinculado a investigación alguna por esos hechos, aunque la Fiscalía investiga casos sucedidos a manos de unidades del Ejército bajo su jurisdicción. Sin embargo, la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, de cuyo observatorio salen los casos endilgados en el documento al general (r), fue una de las fuentes principales para que la JEP estableciera la cifra de ‘falsos positivos’ en 6.402.
“Dada la masividad de casos y el evidente conocimiento de todas las etapas de dicha práctica, por mandos medios y altos, las declaraciones de los soldados pertenecientes a la AFEUR No. 5 revelaron el control de Óscar Enrique González Peña sobre las actuaciones de dicha unidad especial y el conocimiento previo y pleno exigiendo y presionando por la presentación de altos resultados de muertes en combate que ubicaran a su unidad como la número uno entre todas las unidades del país”, se lee en el documento. Mientras González Peña fue comandante de la Cuarta Brigada, su superior fue el general Mario Montoya, entonces comandante de la Primera División.
Deja una respuesta