241 millones de vacunas contra el COVID-19 podrían perderse si países ricos no las donan

Las potencias mundiales han acaparado las vacunas contra el coronavirus, mientras que las naciones más pobres luchan por conseguir dosis.

Por: Pulzo

De acuerdo con un informe de Airfinity, empresa de análisis de datos científicos que investiga el suministro global de la vacunas contra el coronavirus, las potencias mundiales tienen un excedente de 1.200 millones dosis.

De esa totalidad, la quinta parte (unas 240 millones de vacunas), podría perderse si no las donanasegura la cadena BBC, que añade que así empiecen a poner una tercera dosis en esos países, no van a necesitar la totalidad.

En específico, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, varios países de la Unión Europea y Japón son los países que han acaparado más vacunas contra el COVID-19 y siguen cerrando contratos con diferentes farmacéuticas.

Mientras tanto, los países pobres, que no tienen con que comprar lotes de la vacuna, solo dependen de las donaciones y hay varios que ni siquiera han podido vacunar al 2 % de su población, asegura la cadena británica.

En América Latina, indica la BBC, solo una de 4 personas está completamente vacunada contra el coronavirus. “Más de un tercio de los países de nuestra región aún no han vacunado al 20 % de su población. Y en algunos lugares, la cobertura es mucho menor”, explicó la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, en un informe del pasado primero de septiembre.

Por su parte, Human Rights Watch dice que el 75% de las vacunas contra el COVID han sido enviadas a solo 10 países y añade que los países con menos recursos no pueden recibir donaciones de dosis que tengan 2 meses de caducidad, por lo que esas 241 millones de vacunas se podrían desperdiciar si las potencias no las donan pronto.

Según el estudio de Airfinity, citado por BBC, las farmaceúticas están produciendo actualmente unas 1.500 millones de dosis cada mes. 

“Están produciendo una gran cantidad de dosis. Se ha incrementado enormemente en los últimos tres o cuatro meses… No creo que los países ricos fueran necesariamente codiciosos, es más que no sabían qué vacunas iban a funcionar, así que tuvieron que comprar varios tipos de ellas”, dijo el doctor Matt Linley, investigador principal de Airfinity.

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